«Estábamos haciendo las cosas bien, pero necesitábamos darle un impulso más a nuestro negocio tradicional para alcanzar los nuevos gustos del consumidor». De esta manera justificó Inés Ortíz, responsable de I+D+i de Embutidos Ortiz, la decidida apuesta por la innovación de la empresa riojana, que lleva elaborando embutidos tradicionales desde 1915. Y lo hizo en el Day One Innovation Summit organizado por Caixabank, en una jornada en la que también se entregó el Premio Emprendedor XXI a la empresa Hunty. Inés Ortiz fue miembro del jurado.

 

«Una de las cosas que hemos heredado es el afán por la mejora continua. Ahí es donde nos planteamos elaborar un Plan de Negocio Estratégico y de ahí nace la línea de innovación casi como vértice fundamental de este plan de negocio.»

 

Una vez decidida la apuesta por la innovación, Embutidos Ortiz tuvo que definir exactamente el enfoque. Inés Ortiz señaló ante los numerosos emprendedores que se habían dado cita en la jornada que «necesitábamos llegar a un consumidor que estaba demandando cosas diferentes pero no queríamos perder nuestra identidad ni nuestra tradición charcutera. Ahí es donde decidimos elaborar chorizo con la receta de toda la vida, la de nuestros bisabuelos, incorporando proteínas vegetales que ya estaban en el mercado como tendencia absoluta, pero en nuestro caso no como sustitutivo cárnico sino como mejora de las mejoras nutricionales del chorizo que es lo que un poco está buscando ahora el consumidor al que nos dirigimos: quiere seguir comiendo chorizo pero quieren que lo mejoremos.»

El proceso de innovación de Embutidos Ortiz no estuvo exento de dificultades. El primero de los retos a los que tuvieron que hacer frente según Inés Ortiz fue «decidir a qué tipo de consumidor nos queríamos dirigir y cómo llegar a él. Las tendencias de consumo ahora son muy diferentes. Hablamos de white label, ausencia de aditivos, ecología, lo orgánico… Por eso, decidimos mantener la premisa de la tradición cárnica y a la vez llegar a esas nuevas demandas.»

«Por eso decidimos que nuestro nicho de mercado iba a ser un consumidor que no quería renunciar a los alimentos tradicionales pero optamos por la receta natural que teníamos de toda la vida: carne de cerdo, pimentón, sal y ajo. A ello le añadimos las proteínas vegetales para reducir en un caso la grasa y en otro conseguir un producto con contenido reducido en sal.»

 

Una vez iniciado y presentado el proceso de innovación dentro de Embutidos Ortiz llega el reto de vender los productos. «Es evidente -señala Inés Ortiz- que lo que innovas hay que venderlo y para ello tenemos que contar con la confianza de la red de distribución. En nuestro caso, los primeros que apostaron por nuestros productos fue Carrefour, que además nos invitaron a participar en sus Premios a la Innovación. Y a la par, vimos que era fundamental abrirnos a la comunicación y el marketing, lo que ocurre es que nuestra empresa es una empresa muy tradicional y todavía estamos en ese momento de crecimiento. Para mí el reto, es acertar con el nicho de mercado y coger todos los recursos necesarios para llegar tanto a la red de distribución como al consumidor que, al final, es el que tiene que comprar lo que innovamos.»